El término surge en 1995 gracias al sociólogo y psicólogo Elton Mayo, pero, ¿por qué es tan conocido ese efecto?
Entre los años 1924 y 1932 en una fábrica a las afueras de Chicago, Hawthorne Works, Elton Mayo puso en marcha varios experimentos con el objetivo de analizar la productividad de sus trabajadores.
En estos estudios participaron dos grupos de trabajadores. El primer grupo trabajaba bajo unas condiciones lumínicas constantes y su desempeño laboral era constante. Sin embargo, el segundo grupo sufría variaciones en los niveles de iluminación, aumentándose y reduciéndose indistintamente. En este grupo, los investigadores estaban atentos a cómo evolucionaban y se sentían, mostrándoles a los obreros interés y atención.
Contrario a lo esperado, en el segundo grupo, a pesar de contar con unas condiciones menos favorables en el trabajo, su rendimiento aumentó paulatinamente.
Los investigadores concluyeron que la productividad de este segundo grupo de trabajadores aumentó gracias a la especial atención que sintieron, ya que los investigadores crearon un clima cálido con los trabajadores donde se interesaban por su estado de ánimo y motivación.
Este estudio nos muestra la importancia de las relaciones humanas en el ámbito laboral. Los trabajadores, cuando se sienten escuchados y valorados dentro de la empresa, mejora su desempeño, su bienestar, y en definitiva el clima laboral.